SELINA, el hotel que no es como los otros

Rafael Museri y Daniel Rudavseski incursionan en Medellín con un estilo de alojamiento bastante particular, donde jóvenes artistas y diversos emprendimientos locales juegan un papel fundamental.

Rafael Museri y Daniel Rudavseski incursionan en Medellín con un estilo de alojamiento bastante particular, donde jóvenes artistas y diversos emprendimientos locales juegan un papel fundamental. 

Selina es un hotel muy distinto y está al alcance de todos los bolsillos. Otro dato no menor, es que se aceptan mascotas y eso sí que llama hoy la atención.

Acaba de abrir sus puertas a unos pocos metros del centro comercial Vizcaya, al sur de la ciudad, y para más detalles, a escasas cuadras de la zona rosa de El Poblado. Son diez pisos totalmente intervenidos por artistas locales en plena 10, donde una cama en dormitorio compartido vale $27.000, la individual va desde $60.000 hasta $300.000 y, si prefiere, hay disponibilidad de apartamentos. Aquí todas las puertas son iguales y es difícil saber quién paga más que el otro, pero, eso sí, la idea es que todos compartan las zonas comunes, entre las que se destaca la del imponente patio central con su café-bar.

Selina ha demostrado que donde se instala va más allá de ser un consorcio hotelero. Desde sus inicios en Pedasí, un pueblo turístico de Panamá, por ejemplo, contribuyó a la solución de los conflictos de los pescadores de la zona. Ahora, en Medellín, la tarea inmediata con el vecindario es liderar jornadas de limpieza de la quebrada aledaña, programar películas para niños enfermos de cáncer, entre otras acciones.

En plena calle 10, donde se pule tanto la vitrina, Selina hizo de su fachada un gran graffitti. Así es el resto del hotel: su instalación está precedida por una lectura del contexto a partir de la cual diseñan el menú, proponen tures gastronómicos por la ciudad y proyectan sus distintas intervenciones de responsabilidad social.

Selina es fresca, tranquila, la conciencia del deber rodeada de muy buena vibra. Hay espacios de co-working destinados a digital nomads y emprendedores de la ciudad. Este es el público de Selina: gente que no se ata a una oficina y anda trabajando por el mundo. 

El de Medellín es el primer Selina en Colombia, pronto abrirán en Bogotá y proyectan abrir en Santa Marta y Cartagena. Estos se suman a los puertos de Costa Rica y Panamá de una compañía que empezó en 2014 y ha tenido un crecimiento portentoso, quién sabe si por su vocación de ayudar, o por el lema que los dueños les reiteran a sus diferentes managers: mientras una idea sea buena, no hay límite de inversión.

Dónde: Carrera 32D No. 9- 17

Info.: selina.com/medellin, facebook.com/selinamedellinco, Instagram@selinathenomad