Colombia tiene desiertos para explorar

En este biodiverso país de páramos, ríos y montañas, también hay kilómetros de desiertos con unas exóticas panorámicas

En este biodiverso país de páramos, ríos y montañas, también hay kilómetros de desiertos con unas exóticas panorámicas, como los que en esta edición le recomendamos visitar.

Para encontrar un desierto no hace falta viajar miles de kilómetros lejos de Colombia, como África, por ejemplo. El Caribe colombiano cuenta con una barrera desértica, que se extiende al norte de Venezuela y las Antillas Menores e incluye el desierto de La Guajira; mientras que en Huila y Boyacá están los desiertos de La Tatacoa y La Candelaria.

La Tatacoa
Bajo el brillante sol del día y el cielo más oscuro en sus noches, los visitantes encuentran en este desierto dos colores: rojo y gris, con sus valles, miradores, observatorio astronómico, entre otros atractivos turísticos.
Es un bosque espinoso seco tropical extendido a lo largo de 330 kilómetros cuadrados, la segunda zona árida más extensa de Colombia después de La Guajira, cobijado por una bóveda de estrellas que se dejan ver la mayor parte del año, gracias a su privilegiada ubicación geográfica y la poca contaminación lumínica.

Planes recomendados: Es considerado uno de los mejores sitios para contemplar las constelaciones, así que el plan número uno debería ser la visita al observatorio. Parte del desierto se puede recorrer caminando, en bicicleta, cuatrimoto, en carro o a caballo. Antes de llegar al desierto, también vale la pena parar en el casco urbano de Villavieja; allí encontrará la capilla y el cementerio más antiguos de la región, el Museo Paleontológico, el único museo De La Totuma del mundo, y el malecón sobre el río.

Siguiendo en dirección al desierto, la Loma de Miguelito ofrece una vista inmejorable de Villavieja y Aipe, a lado y lado del Magdalena, y las cúpulas de las iglesias de los dos municipios. En la zona también hay varios valles como el Valle de las Lajas, donde pasa la quebrada de Las Lajas, que viene desde Baraya, y el Valle de los Xilópalos, donde se encuentra un bosque de madera convertida en piedra a lo largo de 14 millones de años. Tanto en Villavieja como en el desierto hay opciones de hospedajes, hoteles rústicos y de lujo, hostales y zonas de camping, y en medio de todo y de la nada, un oasis: una piscina donde puede refrescarse.

Dónde: a 45 km de Neiva y a 4 km del casco urbano de Villavieja.
Info.: culturayturismohuila@gmail.com

Desierto de La Candelaria
En Boyacá está el Desierto de La Candelaria, o Desierto de las Almas, un lugar de recogimiento y tranquilidad para los turistas. Se ubica en una hondonada con zonas verdes bañadas por un pequeño río de aguas esmeraldinas, sus tierras son del tipo badlands o baldías, un tipo de paisaje árido, de lutitas, que son piedras formadas por capas de distintas tonalidades. Está ubicado al nororiente de Ráquira.

Planes: No es posible saltarse a Ráquira en este recorrido. Considerado uno de los pueblos más bonitos de Colombia, donde resaltan las casas de colores con techos a cuatro y a dos aguas, las tiendas de artesanías hechas en barro, ruanas y hamacas, y las esculturas de barro, que adornan la plaza.

En los alrededores del desierto se ofrecen caminatas por sitios como la Piedra de los Jeroglíficos y la Piedra de la Campana o El Monasterio de La Candelaria, el primero que los monjes Agustinos Recoletos fundaron en América en 1604, que a la fecha conserva en su interior una importante muestra de arte colonial y hoy está abierto al público. A 2.400 metros de altura, un mirador y antiguo observatorio solar indígena, El Patio de Brujas, reconstruido con tótems hechos de barro, permite apreciar el desierto en toda su extensión. La zona tiene una variada oferta de hospedaje.

Dónde: a 7 km al nororiente del municipio de Ráquira y 32 al suroeste de Villa de Leyva.
Info.: contactenos@raquira-boyaca.gov.co

La Guajira
Al norte de Colombia, el desierto de La Guajira se extiende con todo su esplendor por la península, habitada por los Wayuu, la comunidad indígena más numerosa del país. En el paisaje de la Alta Guajira predominan dunas de arena, acantilados y playas solitarias.

Planes: Después de viajar por cerca de dos horas desde Riohacha y tras cruzar la zona más vasta de desierto, se encuentra el destino turístico más conocido de La Guajira, el Cabo de la Vela, donde la práctica de Kitesurfing y Windsurfing atrae cada vez más visitantes nacionales e internacionales. Despertar en una hamaca bajo una ramada frente a la playa le brinda la experiencia de un amanecer radiante, pero si lo que prefiere es comodidad, también puede dormir en cabaña.

Desde el Pilón de Azúcar, lugar sagrado donde los Wayuu se comunican con sus ancestros, se tiene la mejor panorámica de los acantilados rocosos y playas de arena virgen del Cabo. Más hacia el norte, en el Parque Nacional Natural de la Macuira, el Médano de Aleewolu, dunas en mitad de la montaña y del bosque, producto de los vientos alisios que han arrastrado la arena hasta allí, es uno de los lugares más atractivos. Y en el extremo más norte de Colombia, Punta Gallinas y Bahía Hondita, con sus mangles, dunas y formaciones rocosas, aves y reptiles, conforman uno de los paisajes más diversos y exóticos.

Info.: asesor2lunaguajiraviajes@gmail.com