Medellín declamada en un festival de poesía

Por: Iván Darío Hernández Jaramillo

Escuchen de una manera distinta a una bella Medellín que se reimagina. Sientan cómo la poesía se mezcla con todos sus sentidos, exaltados inmediatamente por la belleza de una ciudad que vive el arte y que construye inspiradores caminos por la paz y la libertad. Prepárense para el 27º Festival Internacional de Poesía de Medellín. Fernando Rendón, director del festival, habló con nosotros.

DC: ¿Qué es lo que más te apasiona de dirigir el Festival Internacional de Poesía de Medellín?

Ver y percibir el proceso de transformación de la conciencia y de la sensibilidad de tantos miles de jóvenes y personas de Medellín; saber que, aunque todos esos cambios no pueden ser medidos, y son por tanto intangibles, se está potenciando un movimiento natural, poético, no ideológico, de miles de lectores jóvenes, simpatizantes de la poesía y de poetas que están comenzando a transitar un camino nuevo en sus vidas. A la vez me apasiona haber contribuido a crear un polo de la poesía mundial en una ciudad extremada, conservadora, utilitaria y violenta, que padece todavía en gran escala la opresión paramilitar y criminal. Finalmente, me emociona constatar de qué manera Medellín se ha convertido paulatinamente en un epicentro de la poesía mundial, que, a diferencia de otros eventos poéticos internacionales, ha producido un efecto real en el mundo, alentando la creación de muchísimos festivales internacional es de poesía en el mundo.

DC: ¿Cómo no perder la poesía en el trabajo cultural cuando se ponen difíciles las cosas en su realización?

Cuando tenemos graves problemas financieros, nosotros le damos nuestra sangre al Festival, que hace muchos años dejó de ser un evento para constituirse en un proceso revolucionario de la poesía; en el mundo, puesto que nuestra ciudad ocupa un lugar en el mundo en la dimensión de lo poético. No se abandona la poesía en las dificultades cuando ella es nuestra vida, nuestro norte y nuestro sur, nuestro objetivo supremo, y en suma constituye la energía y el poder para hacer trizas todas las dificultades. Tampoco se abandona la poesía en el proceso de desarrollo de un trabajo cultural de gran calado, cuando ella está vinculada tan profundamente a la lucha por la paz, por la justicia social en Colombia, por la dignidad de la belleza y la unidad espiritual de todos los seres humanos.

DC: ¿Cuéntanos un poco, a manera de anécdota, la historia de cómo empezó todo?

Medellín vivía una situación de terror en abril de 1991 y también durante los años anteriores y posteriores. Lo que hicimos nosotros, un grupo de amigos poetas y yo, fue oponerle la poesía al terror y a la muerte. Éramos suficientemente jóvenes y audaces para hacerlo. Lo hicimos bien. Esta forma de resistencia sobrehumana logró que aglutináramos a miles de personas en torno al sueño de un mundo nuevo. Y también por esto nos dieron el Premio Nobel Alternativo en 2006. Y vinieron cerca de 1500 de casi 170 países para verlo, para constatarlo, para vivirlo, para respirarlo.

DC: ¿Cómo describirías el Festival para quienes vayan a vivirlo por primera vez?

Alerta, algo nuevo van a oír, agudicen sus sentidos, aunque la muerte ronda la ciudad, la vida abriga a la ciudad: y es un amasijo de palabras dulces, de amorosas imágenes, de metáforas que alientan el imposible en la respiración de los inocentes. Algo nuevo llegará a sus vidas, aunque se sientan viejos por haber leído el periódico esta mañana o por haber escuchado a las momias histéricas de todos los días pronunciando ridículos alaridos contra la paz. Algo nuevo, resucitado, transformado, resultará que permitas que las lenguas de la poesía entren serenamente en tus oídos.

*La inauguración del 27º Festival Internacional de Poesía de Medellín se celebrará con la divisa Construyendo el país soñado, será un acto excepcional al comienzo del Festival.